14 DE MAYO. GALICIA ES UN REGALO!

ETAPA 14. SAMOS-MELIDE, 78KM.
DISTANCIA TOTAL 1.100KM

Hoy amanece soleado. Desayunamos retomando algún tema de la noche anterior...luego despedidas y vuelta al camino. Salgo de Samos en ligera bajada despacito, disfrutando, aprehendiendo el paisaje. Me invade la idea de que si Galicia puede ser bella para cualquier visitante, para el peregrino que llegó de lejos es un auténtico premio!



Encuentro a los 2 de Menorca y hacemos un tramo juntos...luego, pasado Sarria, paro a desayunar y conozco a un canario que se fotografía conmigo...el desayuno se alarga por más de una hora.
Luego, recorrido por la Galicia más profunda, entre corredoiras y constantes toboganes hasta llegar a Portomarín. Impresiona el embalse a su entrada. De hecho el antiguo pueblo se encuentra bajo sus aguas. Tan sólo, los edificios más destacados como la iglesia se desmontaron piedra a piedra y se volvieron a montar arriba, en el nuevo Portomaín. Todavía se leen en las piedras la numeración de tan meticulosa operación.

La anécdota es que no llevaba más que 4 ó 5 euros y no había cajero de los míos y la chica del bar, que me vio con hambre, cuando estábamos solos me dio a escondidas un donut y otra cerveza...exigiéndome máximo secretismo en la operación. Gran detalle!


Al poco de reemprender la marcha vuelve la lluvia. En medio del chaparrón encuentro a un simpático y curioso francés que salió en su bici de las antiguas (de paseo de un plato) desde Toulouse el mismo día que yo, 1 de mayo.
















Lo dejé en Palas de Rei buscando un hotel y yo entré en un bar a refugiarme del chaparrón y a por un café. Allí me encuentro a los catalanes de a pie de la cruz de ferro! Que por fin me confiesan que hacen tramos en taxi. Y a su lado, con un gran despliegue de botellas sobre la mesa esperan el café (con orujo) los ciclistas de Valladolid. Me siento con ellos y me invitan a uno de sus carajillos. Son las 16h y tal como está el día no apetece mucho continuar, pero resulta que en los albergues de la Xunta no admiten ciclistas hasta las 19h y esperar 3 horas mojados sí que no tiene sentido.


Así pues, decidimos tirar hasta Melide. Ellos van por carretera y yo me meto por unos precioso caminos encharcados donde tengo que bajarme varias veces. Cuando finalmente llego allí están amotinados en la puerta los vallisoletanos los menorquines y dos ciclistas catalanes más. Uno es de Blanes y el otro de Martorell. Lo mismo, que aunque estemos mojados y le aseguremos que no vienen caminantes, no nos dejan entrar hasta las 19h.
Una vez conseguimos entrar (a las 18.20h) y nos aseamos, nos vamos a cenar a la mítica pulpería Ezequiel, de campeonato...nos dejamn las botellas de licores y nos las bailamos.


Los 5 jóvenes, que vamos por camino decidimos continuar ya juntos al día siguiente hasta Santiago.